Zapatillas de Running
Elegir el calzado correcto para correr no es solo una cuestión de comodidad, sino también de rendimiento y prevención de lesiones. Las zapatillas de running están diseñadas con tecnologías específicas según el tipo de pisada, la superficie en la que se corre y el nivel de experiencia del corredor. En esta guía te contamos todo lo que necesitás saber para tomar una buena decisión, ya seas principiante, intermedio o avanzado.
Zapatillas para asfalto o calle
Ideales para correr en superficies duras como pavimento o veredas. Tienen buena amortiguación, suelas más lisas y flexibles, y son livianas para favorecer la velocidad.
Zapatillas para trail (terreno irregular, montaña, tierra o pasto)
Cuentan con mayor tracción, refuerzos en la puntera y materiales resistentes al agua o al barro. Son perfectas para quienes corren en senderos o naturaleza.
Zapatillas mixtas o polivalentes
Apta para corredores urbanos que combinan parques, calles y caminos irregulares. Ofrecen un balance entre amortiguación, agarre y durabilidad.
Parte superior:
Generalmente confeccionado en mesh (tejido de malla), que brinda transpirabilidad. Las versiones para trail suelen tener refuerzos en TPU o material sintético para resistir el desgaste.
Entresuela:
Es donde se concentra la amortiguación. Puede estar hecha con EVA, gel o tecnologías exclusivas como Boost (adidas), ZoomX (Nike) o FuelCell (New Balance). Este componente define la respuesta y comodidad.
Suela:
Hecha en goma o caucho, puede ser más lisa (para asfalto) o con tacos marcados (para trail). La calidad de la suela influye en el agarre, durabilidad y adaptabilidad al terreno.
Principiante
• Qué buscar:
Amortiguación generosa, buena estabilidad y ajuste cómodo.
Lo ideal es comenzar con un modelo neutro y versátil, que sirva tanto para caminar como para correr distancias cortas.
• Ejemplos recomendados:
adidas Duramo, Asics Gel Contend, Nike Downshifter entre otras.
Intermedio
• Qué buscar:
Calzado que combine amortiguación y reactividad, con materiales más resistentes. Ya corrés con frecuencia y necesitás una mejor respuesta y soporte.
• Ejemplos recomendados:
adidas Supernova, Asics Gel-Cumulus, Saucony Ride entre otras.
Avanzado
• Qué buscar:
Zapatillas más ligeras, técnicas y específicas según tu tipo de pisada y superficie. Se prioriza la eficiencia energética y la performance.
• Ejemplos recomendados:
adidas Adizero Boston, Nike Vaporfly, Hoka One One Mach entre otras.
• Conocé tu tipo de pisada: Neutra, pronadora o supinadora. Podés analizarla con un profesional o en el siguiente articulo del blog.
• No compres solo por estética: Que se vean bien está bueno, pero lo importante es que respondan a tu forma de correr y al terreno que pisás.
• Rotá tus zapatillas: Si corrés seguido, alterná modelos para alargar la vida útil y evitar lesiones.
• Renová cuando sea necesario: Una zapatilla pierde propiedades tras 600 a 800 km de uso. Si notás que ya no amortigua como antes, es hora de cambiarla.
Tip del especialista
Si estás empezando, no necesitás el modelo más caro del mercado. Es preferible elegir una zapatilla cómoda y confiable, y a medida que ganás experiencia, pasar a modelos más técnicos. Lo importante es que se adapten a vos y te ayuden a disfrutar del running sin molestias.
Características del calzado de Running
El running es una actividad que exige mucho al cuerpo, y más aún a los pies. Por eso, elegir el calzado correcto no es un simple detalle: puede marcar la diferencia entre disfrutar cada paso o padecer molestias, fatiga o lesiones. Ya sea que estés empezando a correr, caminando para mantenerte activo o entrenando para una carrera, esta guía te va a ayudar a identificar qué zapatillas de running son ideales para vos.
1. Amortiguación
La amortiguación es la capacidad que tiene el calzado para absorber el impacto con cada pisada. Una buena amortiguación protege articulaciones como tobillos, rodillas y caderas, especialmente en terrenos duros como el asfalto.
• Principiante o caminatas: buscá modelos con amortiguación suave y generosa.
• Competencia o corredores avanzados: optá por amortiguación más reactiva y liviana, que ofrezca mejor impulso.
• Consejo práctico: Si sentís impacto en las rodillas al correr, posiblemente necesitás más amortiguación.
2. Soporte
El soporte se refiere a cómo el calzado ayuda a mantener el alineamiento correcto del pie y el tobillo, especialmente si tenés pisada pronadora o supinadora.
• Pies planos o tendencia a pronar: buscá zapatillas con control de estabilidad.
• Pisada neutra: elegí calzado con soporte equilibrado, sin corrección extra.
• Tip: En caso de dudas, hacé un análisis de pisada o revisa el siguiente articulo del blog.
3. Ajuste
El calzado debe ajustarse cómodamente al pie, sin apretar ni quedar suelto. El talón debe quedar firme y los dedos deben tener espacio libre adelante.
• Probá ambos pies (no todos tenemos los dos iguales).
• Lo ideal es que sobre medio centímetro en la punta.
• Consejo práctico: Probá las zapatillas al final del día, cuando el pie está más hinchado, como después de correr.
4. Reducción de lesiones
Un buen calzado ayuda a prevenir lesiones comunes como fascitis plantar, esguinces, tendinitis o sobrecargas musculares.
• Elegí un modelo que acompañe tu biomecánica natural.
• Alterná el calzado si corrés seguido: uno para entrenar y otro más técnico para competir.
5. Estabilidad
La estabilidad ayuda a mantener el control del movimiento durante la pisada, especialmente en superficies irregulares o cuando se corre cansado.
• Para tierra o trail, priorizá zapatillas con suela ancha y agarre fuerte.
• En asfalto o pista, bastará con buena base y soporte medio.
6. Transpirabilidad
Los materiales respirables permiten que el pie se mantenga seco y fresco durante la actividad. El mesh técnico o de ingeniería es el más utilizado.
• Para climas cálidos o entrenamientos largos, priorizá modelos bien ventilados.
• En trail o invierno, buscá materiales transpirables pero algo más cerrados.
7. Flexibilidad
La flexibilidad permite que el pie se mueva con naturalidad, especialmente en la zona delantera.
• No deben ser rígidas, salvo en modelos de trail o competición.
• Probá doblar la zapatilla: debe flexionar en la zona de los dedos, no en el arco.
8. Durabilidad
La vida útil de una zapatilla de running varía entre 600 y 900 km, según el tipo de uso, el terreno y el peso del corredor.
• Los modelos de entrenamiento duran más que los de competición.
• La suela de caucho y la parte superior reforzada ayudan a prolongar su vida útil.
• Tip: Si notás desgaste en la suela, pérdida de forma o dolor sin causa aparente, puede ser momento de cambiarlas.
9. Peso
El peso del calzado influye en el rendimiento y la fatiga. Cuanto más livianas, mayor velocidad; pero menos protección.
• Para uso diario o principiantes: modelos más robustos y protegidos.
• Para entrenamientos intensos o carreras: zapatillas livianas y reactivas.
10. Plantillas
Algunos corredores necesitan plantillas personalizadas por temas de pisada o lesiones. En ese caso, asegurate de que el calzado permita retirarlas o tenga suficiente espacio interno.
Asfalto / Cinta: Amortiguación suave, buena respuesta, suela con poco dibujo
Tierra / Césped: Suela de mayor tracción, materiales durables, estabilidad extra
Trail / Montaña: Suela con tacos profundos, refuerzos, resistencia al agua y golpes
Principiante: buscá comodidad, amortiguación y soporte. Lo importante es cuidar el cuerpo mientras ganás hábito.
Intermedio: empezá a elegir según objetivos: mejorar tiempos, entrenar más, hacer fondo. Buscá modelos con buena respuesta.
Avanzado: priorizá rendimiento y tecnologías específicas. Alterná modelos según el tipo de entrenamiento.
Elegí bien, corré mejor.
Un calzado de running adecuado es tu mejor aliado para correr más cómodo, más seguro y con mejores resultados. No se trata de tener la zapatilla más cara, sino la que mejor se adapte a vos: a tu cuerpo, a tu objetivo y a tu manera de moverte. Elegí con inteligencia y disfrutá cada paso del camino.
Tipos de pisada ¿Pronador, Supinador o Neutro?
A la hora de elegir el calzado deportivo correcto, uno de los factores más importantes —y muchas veces pasados por alto— es el tipo de pisada. Conocer si tu pisada es neutra, pronadora o supinadora puede marcar la diferencia entre una experiencia cómoda y segura, o molestias, lesiones y bajo rendimiento.
¿Qué es el tipo de pisada?
La pisada se refiere a cómo tu pie entra en contacto con el suelo al caminar o correr. Es el movimiento natural que hace tu cuerpo para distribuir el impacto de cada paso. Sin embargo, no todas las personas pisan igual, y eso influye directamente en el tipo de calzado que deberías usar.
Pisada Neutra
Es la más equilibrada. El impacto comienza por el exterior del talón y se transfiere de forma pareja por toda la planta del pie.
Características:
• Distribución uniforme del peso.
• Menor riesgo de lesiones por desalineación.
• Apta para la mayoría de las superficies.
Recomendación de calzado:
Zapatillas con amortiguación estándar, buena flexibilidad y soporte neutro.
Pisada Pronador
La pisada comienza en el talón externo pero el pie se inclina hacia adentro en exceso. Es muy común en corredores con pie plano.
Características:
• Puede generar desgaste irregular del calzado.
• Riesgo de lesiones en rodillas o tobillos.
• El arco del pie suele ser bajo.
Recomendación de calzado:
Zapatillas con control de estabilidad o soporte para el arco. Indicadas para superficies duras como el asfalto o el cemento, donde la pisada necesita más corrección.
Pisada Supinadora
En este caso, el pie se apoya más en la parte externa, sin una rotación adecuada hacia el centro. Común en personas con arco muy alto.
Características:
• Impacto mal absorbido.
• Posibles molestias en tobillos y gemelos.
• Desgaste visible en el borde externo del calzado.
Recomendación de calzado:
Zapatillas con mayor amortiguación y buena absorción de impactos. Perfectas para correr en terrenos duros o entrenamientos largos.
Podés identificar tu tipo de pisada de tres maneras:
Test del desgaste: Revisá la suela de tus zapatillas usadas.
• Desgaste parejo → Neutra
• Desgaste interior → Pronador
• Desgaste exterior → Supinadora
Test del agua: Mojá la planta de tu pie y apoyala sobre una hoja o cartón.
• Huella completa → Pronador
• Huella parcial con arco marcado → Supinador
• Huella equilibrada → Neutro
Análisis biomecánico: Si buscás más precisión, profesionales de la salud deportiva ofrecen estudios con sensores y cámaras.
Conocé tu superficie:
No es lo mismo correr en tierra, pasto, montaña o asfalto. Cada terreno exige un tipo de suela y amortiguación diferente.
Tené en cuenta tu modalidad:
¿Usás las zapas para entrenar todos los días, para jugar al fútbol 5, correr carreras o simplemente salir a caminar? Elegí según el uso principal.
Probá con ambos pies:
Siempre probá las zapatillas con ambos pies, de preferencia al final del día, cuando los pies están más hinchados (como en una actividad real).
Consultá con especialistas:
Si tenés dudas, no está de más preguntar con un kinesiólogo o entrenador deportivo.
Conclusión: la pisada importa, y mucho
Elegir el calzado correcto según tu tipo de pisada no solo mejora el rendimiento, sino que también protege tu salud. No hay una zapatilla universal: cada pie, cada paso y cada terreno son distintos. Tomarte el tiempo para conocer cómo pisás y qué necesitás es una inversión que vas a agradecer con cada kilómetro recorrido.
Indumentaria de Running: Clave para tu rendimiento y comodidad
A la hora de practicar running, el calzado no es lo único importante. La indumentaria técnica adecuada puede marcar una gran diferencia en el confort, el rendimiento y la prevención de molestias. Transpirabilidad, libertad de movimiento, regulación térmica y resistencia son algunas de las claves que debés tener en cuenta. En esta guía te contamos qué ropa de running elegir, además de consejos prácticos para comprar bien desde el principio.
¿Por qué usar indumentaria específica para correr?
El running somete al cuerpo a condiciones variables: calor, frío, viento, sudor, fricción y hasta lluvia. La ropa técnica está diseñada para acompañar los movimientos naturales del cuerpo, favorecer la evaporación del sudor y mantenerte ligero, seco y cómodo en cada zancada.
1. Remeras técnicas
• Material recomendado: poliéster, poliamida o tejidos técnicos con tecnología como dry-fit o climacool.
• Ventajas: livianas, transpirables, de secado rápido. No retienen humedad ni generan rozaduras.
• Evitá el algodón, ya que absorbe el sudor, se vuelve pesado y puede generar irritaciones.
2. Shorts y calzas
• Shorts de running: livianos, con cortes laterales o tipo split que dan mayor libertad de movimiento.
• Calzas técnicas (cortas, 3/4 o largas): ideales para climas fríos o entrenamientos largos. Brindan compresión, reducen vibración muscular y mejoran la recuperación.
• Algunos modelos incluyen bolsillos seguros para llevar geles, llaves o el celular sin molestias.
3. Camperas y rompevientos
• Para días ventosos o lluviosos, elegí camperas ultralivianas con tecnología cortaviento y/o repelente al agua.
• Algunas son plegables y se guardan en su propio bolsillo, ideales para llevarlas si el clima es inestable.
4. Medias técnicas
• Hechas con tejidos que evitan la fricción, controlan la humedad y previenen ampollas.
• Las hay de compresión, ideales para mejorar circulación y recuperación post entrenamiento.
5. Ropa interior deportiva
• Sujetadores deportivos para mujeres y bóxers técnicos para hombres: fabricados con materiales suaves, sin costuras marcadas, que acompañan el movimiento y evitan irritaciones.
6. Gorros, viseras y accesorios
• Gorro térmico para el frío, viseras y gorras ultralivianas para el sol.
• Vinchas deportivas: absorben el sudor de la frente y lo alejan de los ojos. También son útiles para mantener el cabello recogido sin necesidad de usar gorros.
• Cuellos multifunción (tipo buff) también son clave según la temporada, protegen del viento, el sol o el frío..
• Guantes técnicos: para días fríos, sin perder sensibilidad en las manos.
Las vinchas y cuellos multifunción son especialmente recomendables para quienes transpiran mucho en la cabeza o corren en climas húmedos. Brindan comodidad sin abrigar de más.
Materiales
• Transpirables: permiten evaporar el sudor.
• Livianos: no generan peso extra al correr.
• Costuras planas o termoselladas: previenen roces.
Durabilidad
• Revisá etiquetas de cuidado y lavado: algunas prendas técnicas requieren lavado en frío y sin suavizante.
Diseño y ajuste
• Debe adaptarse al cuerpo sin quedar ni muy suelto ni demasiado ajustado.
• El diseño también influye en la visibilidad: modelos con detalles reflectantes son ideales si entrenás de noche o temprano.
Principiante
Empezá con lo básico: remera técnica, short o calza cómoda, buenas medias y ropa interior deportiva. No hace falta invertir en todo de entrada.
Intermedio Incorporá capas según la estación: rompeviento, ropa térmica para invierno y accesorios útiles como viseras o portaobjetos.
Avanzado Apostá por prendas técnicas de alto rendimiento: calzas de compresión, telas con tecnología avanzada y equipamiento específico según tus objetivos o competencias.
• Priorizá la funcionalidad antes que la estética. Que te guste es importante, pero primero que sea cómoda y técnica.
• Considerá el clima. Armá tu indumentaria en capas según la estación del año.
• Tené dos o tres conjuntos rotativos. Especialmente si entrenás más de dos veces por semana.
• Invertí en calidad. No hace falta que compres todo de una, pero una prenda buena te va a rendir mucho más que tres baratas.
Contar con la indumentaria de running adecuada te permite entrenar mejor, evitar molestias y adaptarte a cualquier situación climática o tipo de terreno. Sea que estés arrancando, buscando mejorar tus marcas o simplemente mantenerte activo, invertir en ropa técnica es apostar a tu bienestar y rendimiento.
Correr cómodo, seco y protegido no es un lujo: es parte de correr bien.
Beneficios del Running para tu salud
El running es mucho más que una actividad física: es una forma de mejorar la salud, liberar tensiones y conectar con uno mismo. No importa si corrés en asfalto, tierra o montaña, si lo hacés para competir, entrenar o simplemente sentirte bien: correr tiene múltiples beneficios para el cuerpo y la mente. En esta nota, te contamos cómo el running puede mejorar tu calidad de vida según el tipo de superficie, modalidad y nivel, con consejos prácticos para disfrutarlo desde el primer paso.
¿Por qué el running es tan beneficioso?
El running es una actividad aeróbica accesible, versátil y adaptable. Sus principales beneficios abarcan tanto el plano físico como el mental:
Beneficios físicos
Mejora la salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de enfermedades del corazón.
• Ayuda a regular el peso corporal al aumentar el gasto calórico.
• Fortalece músculos y huesos, especialmente en piernas, core y espalda baja.
• Mejora la capacidad pulmonar y la eficiencia respiratoria.
• Estimula el metabolismo y favorece la regulación del colesterol y la glucosa en sangre.
Beneficios mentales y emocionales
• Reduce el estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión.
• Estimula la liberación de endorfinas (la “hormona del bienestar”).
• Favorece el sueño y la concentración.
• Refuerza la autoestima y el sentido de logro.
Running en asfalto o ciudad
Ideal para quienes buscan comodidad y constancia. Las superficies regulares permiten mantener un ritmo sostenido y favorecen la progresión.
• Beneficios destacados: mejora del sistema cardiovascular, quema calórica eficiente, entrenamiento de la resistencia.
Running en tierra o parques
Más amigable con las articulaciones que el asfalto. Proporciona contacto con la naturaleza y menos impacto.
• Beneficios destacados: menor estrés articular, mayor estímulo sensorial y relajación mental.
Trail running (montaña o terrenos irregulares)
Desafiante y técnico. Trabaja todo el cuerpo, mejora el equilibrio y exige concentración.
• Beneficios destacados: fuerza muscular, agilidad, coordinación y conexión con el entorno.
Modalidades: entrenamiento, competencia o recreativo
• Entrenamiento: estructurado y con objetivos. Ideal para mejorar marcas o trabajar aspectos específicos (velocidad, fondo, técnica).
• Competencia: se enfoca en rendimiento y superación personal.
• Recreativo o caminatas rápidas: ideal para mejorar la salud general y reducir el estrés sin exigencia alta.
No hace falta correr todos los días ni a máxima velocidad. Lo importante es ser constante y avanzar de forma progresiva. La clave es escuchar al cuerpo y evitar excesos.
• Sugerencia: comenzá con 2 o 3 veces por semana y aumentá de a poco la duración o la intensidad. La regularidad vale más que la cantidad.
Recomendaciones según el nivel
• Principiante: Caminatas rápidas alternadas con trotes suaves. Usar calzado adecuado y priorizar superficies blandas. Incorporar pausas y no sobreexigirse.
• Intermedio: Combinar sesiones de fondo con ejercicios de técnica o velocidad. Trabajar en diferentes superficies y sumar estiramientos.
•Avanzado: Planes estructurados con objetivos claros. Entrenamiento cruzado, trabajo de fuerza complementaria y control del rendimiento.
Consejos prácticos para correr bien y cuidar la salud
• Calentá antes y elongá después de cada salida.
• Hidratate antes, durante y después, especialmente en días calurosos.
• Usá ropa técnica y calzado adecuado según la superficie y la pisada.
• Escuchá al cuerpo: si sentís dolor o fatiga excesiva, frená y evaluá.
• No te obsesiones con el reloj o las apps: corré también por placer.
• Sumá variedad a tus entrenamientos: series, cuestas, trotes suaves, etc.
Objetivo personal
¿Buscás mejorar tu salud, bajar de peso, competir o desconectarte? Definir tu meta te ayudará a elegir el mejor tipo de entrenamiento.
Superficie adecuada
Elegí la que mejor se adapte a tus condiciones físicas y preferencias. Alternar entre superficies también puede ser útil para prevenir lesiones.
Materiales y equipamiento
Usá ropa transpirable y liviana, zapatillas con buena amortiguación y accesorios según el clima (gorra, protector solar, rompeviento, etc.).
El running es una herramienta poderosa para mejorar la salud física, mental y emocional. Adaptable a cualquier edad, nivel o estilo de vida, correr te conecta con vos mismo, con tu entorno y con tus objetivos. Lo importante es hacerlo de forma progresiva, consciente y con disfrute.
No se trata de correr más rápido ni más lejos, sino de correr mejor… y sentirte mejor.