Zapatillas de Training
Cuando se trata de entrenar con comodidad, seguridad y eficiencia, las zapatillas juegan un rol fundamental. Las zapatillas de training están diseñadas específicamente para acompañarte en movimientos multidireccionales, cambios de ritmo, levantamiento de peso, saltos o entrenamientos de alta intensidad. En esta nota, te contamos qué tipos existen, qué materiales convienen según tu nivel y modalidad, y cómo elegir el par ideal para mejorar tu rendimiento y evitar lesiones.
¿Qué son las zapatillas de training?
Son zapatillas pensadas para ofrecer estabilidad, soporte lateral y buena tracción, claves para actividades que no son lineales como correr, sino que involucran movimientos en todas direcciones, cambios de apoyo y saltos. A diferencia de las zapatillas de running (que están optimizadas para desplazamiento hacia adelante), las de training priorizan la versatilidad, la base firme y la durabilidad en zonas clave.
1. Para entrenamiento funcional o gimnasio tradicional
• Ideales para rutinas mixtas: máquinas, peso libre, trabajo de core y movilidad.
• Suela de goma con buena tracción y base estable.
• Amortiguación moderada.
Recomendadas: modelos con buena sujeción del talón y parte media del pie.
2. Para HIIT y entrenamientos de alta intensidad
• Pensadas para impactos repetitivos, desplazamientos rápidos y saltos.
• Más livianas, con buena respuesta y suela flexible.
• Amortiguación reactiva y refuerzos laterales.
Recomendadas: zapatillas con diseño anatómico, buena sujeción y absorción de impacto.
3. Para levantamiento de pesas o fuerza
• Base plana, firme y antideslizante.
• Drop (diferencia entre talón y punta) bajo o nulo para mayor estabilidad.
• Refuerzo extra en el talón y parte media.
Recomendadas: modelos con suela rígida y sistema de ajuste firme.
4. Para entrenamiento outdoor o cross training
• Suela más resistente y con mejor tracción.
• Mayor protección en puntera y laterales.
• Materiales más durables y resistentes al clima.
Recomendadas: zapatillas con refuerzos sintéticos, suela rugosa y estabilidad lateral.
• Malla técnica (mesh): liviana, respirable, ideal para entrenamientos intensos y climas cálidos.
• Sintéticos reforzados o TPU: mayor durabilidad y soporte, útiles en entrenamientos de fuerza o uso prolongado.
• Suela de goma o caucho: buena tracción y agarre, evita deslizamientos.
• Espuma EVA o tecnología de respuesta: amortiguación liviana que protege las articulaciones sin perder estabilidad.
Tip: Buscá materiales con costuras reforzadas y zonas de ventilación para un balance entre resistencia y comodidad.
Tipo de entrenamiento:
No es lo mismo hacer sentadillas que saltos o desplazamientos laterales. Elegí un calzado acorde a tu rutina.
Nivel de experiencia:
A mayor exigencia, más importancia cobra el soporte, ajuste y durabilidad del calzado.
Comodidad:
El calzado debe adaptarse a tu pie desde el primer uso. No esperes que "ceda".
Durabilidad:
Evaluá los materiales, la suela y las costuras. Un modelo barato pero poco duradero termina siendo más caro a largo plazo.
Diseño funcional:
Que sea estético, sí, pero priorizá que tenga buena ventilación, ajuste y estabilidad.
Principiante
• Elegí modelos con buena amortiguación, suela flexible y materiales livianos.
• Priorizá la comodidad, la estabilidad básica y un diseño versátil para distintos ejercicios.
• Evitá suelas demasiado planas si aún no tenés fuerza en el core o buena técnica.
Intermedio
• Buscá zapatillas con mayor soporte lateral y mejor agarre.
• Evaluá si hacés más trabajo de fuerza o cardio para elegir el modelo más adecuado.
• Considerá sumar una segunda opción específica según el tipo de rutina.
Avanzado
• Invertí en modelos más técnicos: suela plana para fuerza, amortiguación reactiva para HIIT o versatilidad para entrenamiento cruzado.
• Asegurate de que el calzado acompañe la intensidad y frecuencia de tus entrenamientos.
• Optá por materiales más resistentes, con mejor respuesta y precisión en el ajuste.
• No compres por moda: priorizá tu tipo de pisada, arco y rutina.
• Si entrenás todos los días, rotá entre dos pares para prolongar su vida útil.
• Prestá atención al desgaste de la suela: cuando pierde tracción, es momento de cambiar.
Las zapatillas de training son una herramienta clave para entrenar mejor, más seguro y con mayor comodidad. No todas sirven para todo: elegir el modelo correcto según tu modalidad, experiencia y tipo de actividad es clave para prevenir lesiones, mejorar el rendimiento y disfrutar del entrenamiento. Invertir en un buen par es invertir en tu bienestar.
Entrenar con las zapatillas adecuadas no solo te protege… también te impulsa.
Indumentaria adecuada: Clave para un Mejor Desempeño
A la hora de entrenar, no solo importa el esfuerzo: la ropa que usás también influye directamente en tu rendimiento y comodidad. La indumentaria de training está diseñada para acompañarte en cada movimiento, absorbiendo el sudor, permitiendo la ventilación y brindándote libertad de acción, ya sea en el gimnasio, en casa o al aire libre.
En esta guía te contamos qué tipos de prendas existen, qué materiales convienen según la modalidad de entrenamiento, y cómo elegir la indumentaria adecuada según tu nivel y objetivos.
1. Remeras técnicas o musculosas
• Diseñadas para absorber el sudor y mantener la piel seca.
• Livianas, con costuras planas para evitar roces.
• Con tecnología como DRY FIT, AEROREADY u otras que favorecen la transpiración.
• Recomendadas para todo tipo de entrenamiento, tanto indoor como outdoor.
2. Shorts y calzas
• Los shorts permiten mayor libertad de movimiento y ventilación.
• Las calzas aportan compresión, sujeción muscular y control de temperatura.
• Existen versiones específicas para hombres y mujeres, y modelos 2 en 1 (short + calza interna).
• Ideales para entrenamientos funcionales, HIIT, fuerza o actividades que demandan agilidad.
3. Tops deportivos y corpiños técnicos
• Para mujeres, es clave elegir tops con buen soporte, especialmente en ejercicios de alto impacto.
• Existen opciones con tiras cruzadas, tejidos reforzados y ajuste anatómico.
• Recomendados según el impacto de la actividad y el tipo de cuerpo.
4. Buzos, camperas y rompevientos
• Para uso en exteriores o días frescos, sin limitar el movimiento.
• Materiales livianos, respirables y de secado rápido.
• Algunos modelos son térmicos o impermeables.
• Ideales para entrenamiento outdoor o para mantener la temperatura en la entrada en calor.
5. Accesorios: guantes, vinchas, medias técnicas
• Los guantes ayudan en ejercicios con peso o barras.
• Las vinchas controlan la transpiración del rostro.
• Las medias técnicas previenen ampollas y mejoran el ajuste del calzado.
• Pequeños accesorios que hacen una gran diferencia en comodidad y rendimiento.
Poliéster técnico o microfibra
• Liviano, transpirable, seca rápido.
• Ideal para entrenamientos intensos.
Elastano / Spandex
• Brinda elasticidad y libertad de movimiento.
• Presente en calzas, remeras ajustadas o tops.
Algodón combinado
• Cómodo y suave, pero no ideal para actividades de alto sudor.
• Apto para entrenamientos suaves o uso casual post-entreno.
Tejidos con tecnología térmica o compresiva
• Mantienen la temperatura corporal o mejoran la circulación.
• Muy útiles en invierno o en rutinas prolongadas.
Tip: Evitá prendas 100% algodón para entrenamientos exigentes: retienen humedad y aumentan el riesgo de rozaduras.
• Tipo de entrenamiento: ¿vas a hacer cardio, fuerza, HIIT, movilidad, yoga? Cada actividad tiene distintas exigencias.
• Clima y superficie: si entrenás al aire libre, elegí prendas que protejan del sol, el viento o el frío.
• Durabilidad: fijate en las costuras, refuerzos y calidad del tejido.
• Diseño y calce: que combine funcionalidad con comodidad y, si te motiva, también estilo.
• Talle justo: ni muy suelto (que puede estorbar) ni muy ajustado (que puede incomodar).
Principiante
• Elegí prendas básicas, cómodas, con buen calce y materiales transpirables.
• No hace falta comprar todo de una: empezá por un conjunto versátil (remera + short o calza).
• Apostá a ropa que te motive a moverte, sin complicaciones técnicas.
Intermedio
• Incorporá prendas técnicas específicas: tops con soporte, calzas con compresión o remeras de secado rápido.
• Comenzá a diferenciar ropa según modalidad (fuerza, cardio, exterior).
• Sumá accesorios que optimicen tu rendimiento y confort.
Avanzado
• Invertí en ropa técnica de mayor calidad, con tejidos inteligentes, tecnologías térmicas o de compresión.
• Tené al menos dos o tres outfits rotativos, adaptados a tu planificación de entreno.
• Prestá atención al desgaste: una prenda vencida no rinde igual.
• Revisá siempre costuras y terminaciones. Lo barato, muchas veces, sale caro.
• Elegí colores y diseños que te inspiren: entrenar también es actitud.
• Rotá las prendas para prolongar su vida útil y mantener el confort.
La indumentaria de training es una aliada clave en tu experiencia de entrenamiento. Elegir bien no solo se trata de verse bien, sino de moverse mejor, más seguro y con más motivación. Al adaptar tu ropa al tipo de actividad, al clima y a tu nivel, vas a sentir la diferencia desde el primer movimiento.
Vos ponés la fuerza, tu ropa la actitud. Sentite cómodo, rendí al máximo.
Equipamiento Esencial para Potenciar Tus Entrenamientos
El entrenamiento funcional, de fuerza o en casa está cada vez más presente en la rutina de quienes buscan mejorar su salud, ganar resistencia o tonificar el cuerpo. Y para lograrlo de manera efectiva y segura, el equipamiento de training juega un rol fundamental. No solo suma variedad a los ejercicios, sino que también permite adaptar la intensidad según tus capacidades y objetivos.
En esta guía te contamos cuáles son los principales elementos del entrenamiento funcional y de fuerza (como core bags, pesas, bandas y cuerdas), qué diferencias existen entre ellos y cómo elegir el adecuado según tu nivel.
1. Core Bag o Sand Bag
• Es una bolsa cilíndrica con peso (de 5 kg a más de 20 kg) y asas para facilitar distintos agarres.
• Simula movimientos de levantamiento, tracción o empuje, activando múltiples grupos musculares.
• Aporta inestabilidad y trabajo de core en cada repetición.
• Ideal para entrenamientos funcionales, cross training o rutinas de fuerza dinámica.
• Materiales: lona reforzada, asas acolchadas, relleno equilibrado.
A tener en cuenta: que tenga costuras resistentes y asas firmes para seguridad.
2. Pesas: mancuernas, barras y discos
• Mancuernas: versátiles, permiten entrenar fuerza, tonificación o resistencia localizada.
• Barras: permiten cargar más peso y trabajar de forma bilateral (ideal para tren inferior y fuerza máxima).
• Discos: permiten variar el peso en barras o usarlos solos para ejercicios de empuje o core.
• Recomendadas para fuerza, hipertrofia, entrenamiento metabólico o funcional.
• Materiales: hierro fundido, recubrimientos en goma o neoprene para mayor seguridad.
A tener en cuenta: tipo de grip (antideslizante), tamaño y compatibilidad de los discos si usás barra.
3. Bandas elásticas o de resistencia
• Hay de distintos niveles de tensión (ligera, media, fuerte, extra fuerte).
• Permiten trabajar fuerza, movilidad, glúteos, brazos y recuperación muscular.
• Ocupan poco espacio y son muy prácticas para entrenar en casa o al aire libre.
• Ideales para principiantes, rehabilitación, activaciones o como complemento al entrenamiento con pesas.
• Materiales: látex o tela reforzada (las de tela son más cómodas y duraderas).
A tener en cuenta: que no se enrollen ni irriten la piel. Las de tela son más recomendables para lower body.
4. Sogas de entrenamiento (Battle Ropes o cuerdas)
• Ideales para mejorar la resistencia cardiovascular, fuerza de brazos y core.
• Se usan con movimientos explosivos y rítmicos: azotes, ondas o arrastres.
• Ejercitan el cuerpo completo con alta intensidad.
• Recomendadas para entrenamientos HIIT, boxeo, cross training o rutinas de cardio de fuerza.
• Materiales: nylon trenzado o poliéster de alta resistencia.
A tener en cuenta: el largo (9 a 15 metros) y el grosor (para variar la intensidad). Fijate que tengan buena terminación en los extremos.
• Modalidad de entrenamiento: fuerza, funcional, cardio, movilidad.
• Espacio disponible: no todos los accesorios son aptos para casa o departamentos chicos.
• Durabilidad y seguridad: buscá materiales resistentes, agarres firmes y acabados de calidad.
• Diseño ergonómico: que facilite el uso cómodo y natural del accesorio.
• Progresión de carga: elegí equipamiento que te permita avanzar en peso o resistencia.
Principiante
• Bandas elásticas de resistencia ligera o media.
• Un par de mancuernas livianas (2 a 5 kg).
• Core bag liviano (5 a 10 kg) si ya tenés cierta base.
• Enfocate en técnica y variedad antes que en peso.
Intermedio
• Kit de mancuernas con diferentes pesos o barra con discos intercambiables.
• Core bag de carga media (10 a 15 kg).
• Bandas de mayor resistencia y cuerda de entrenamiento si querés sumar cardio.
• Comenzá a dividir tus rutinas por objetivos (fuerza, cardio, tonificación).
Avanzado
• Equipamiento completo: barra olímpica, discos pesados, battle ropes y core bag de alta carga (20 kg o más).
• Bandas para movilidad y ejercicios correctivos.
• Alterná cargas, tiempos y accesorios para mejorar el rendimiento y evitar estancamientos.
• Invertí en calidad antes que cantidad. Una mancuerna bien hecha te dura toda la vida.
• Adaptá a tu espacio. Un core bag es ideal si no tenés lugar para barra, por ejemplo.
• Pensá en progresar. Si empezás con una sola banda o mancuerna, asegurate de que puedas sumar más adelante.
El equipamiento de training son herramientas claves para entrenar de forma más efectiva, segura y motivadora. Ya sea que estés armando tu rincón de entrenamiento en casa o busques complementar tus rutinas del gimnasio, elegir el accesorio correcto según tu nivel, tus objetivos y el tipo de entrenamiento es lo que marca la diferencia.
Tu cuerpo es tu máquina, pero el equipamiento es la herramienta que potencia cada movimiento.
Beneficios de saltar la cuerda para la salud
Saltar la cuerda no es solo un juego de la infancia. Es uno de los ejercicios cardiovasculares más completos, accesibles y eficaces que existen. Con tan solo unos minutos por día, podés mejorar tu condición física, fortalecer tus músculos y cuidar tu salud general, sin necesidad de equipamiento costoso ni grandes espacios.
A continuación, te contamos por qué incorporar la cuerda a tu rutina puede ser una excelente decisión, ya sea que estés comenzando a entrenar, busques complementar tu plan de entrenamiento o mejorar tu rendimiento deportivo.
1. Mejora la capacidad cardiovascular
Es un ejercicio aeróbico de alto impacto que fortalece el corazón, mejora la circulación sanguínea y optimiza el consumo de oxígeno. Ideal para mejorar la resistencia.
2. Quema calorías y favorece el control de peso
Saltar la cuerda puede ayudarte a quemar entre 10 y 16 calorías por minuto, dependiendo de la intensidad. Es una excelente opción para quienes buscan bajar de peso o mantenerlo.
3. Tonifica músculos de piernas, brazos y core
Trabaja principalmente los gemelos, cuádriceps, glúteos, hombros, antebrazos y abdominales. Es un ejercicio de cuerpo completo que activa múltiples grupos musculares.
4. Mejora la coordinación, agilidad y equilibrio
La repetición del salto junto con el movimiento de muñeca mejora la sincronización neuromuscular, la estabilidad y los reflejos.
5. Fortalece los huesos
El impacto moderado estimula la densidad ósea, lo que puede ayudar a prevenir la osteoporosis con el tiempo.
6. Reduce el estrés y mejora el estado de ánimo
Como todo ejercicio aeróbico, ayuda a liberar endorfinas, mejora el estado emocional y puede funcionar como descarga mental después de un día estresante.
Constancia y progresión
No hace falta empezar con 30 minutos. Con 5 a 10 minutos diarios, e ir aumentando progresivamente, ya podés notar beneficios. La clave está en ser constante.
Técnica y superficie
Usá un calzado con buena amortiguación y realizá los saltos en superficies planas, preferentemente no muy duras (evitá el cemento). El salto debe ser bajo y controlado.
Contraindicaciones
Evitá este ejercicio si tenés lesiones en rodillas, tobillos o problemas articulares. Consultá siempre con un profesional antes de comenzar si tenés dudas.
Principiante
• Empezá con sesiones de 30 segundos a 1 minuto, alternadas con pausas.
• Realizá entre 3 y 5 rondas con descansos activos (por ejemplo, caminar en el lugar).
• Usá una cuerda ligera y ajustá su longitud para que llegue a la altura de tus axilas cuando la pises con ambos pies.
Intermedio
• Combiná saltos básicos con variaciones: salto doble, salto en un pie, salto cruzado.
• Podés llegar a sesiones de 10 a 15 minutos continuos o integrarla en rutinas HIIT.
• Alterná intensidades para trabajar cardio y resistencia.
Avanzado
• Incorporá rutinas complejas de 20+ minutos con cuerdas de velocidad o lastradas.
• Usá saltos triples o secuencias rítmicas para mejorar agilidad y explosividad.
• Combiná con circuitos de fuerza o boxeo para entrenamientos completos.
• Longitud adecuada: al pisar la cuerda con un pie, los mangos deben llegar a tus axilas.
• Material: las de PVC son ideales para velocidad y entrenamiento funcional; las de tela o cuerda gruesa para principiantes o trabajo de resistencia.
• Espacio: asegurate de tener al menos 1,5 m a tu alrededor para evitar accidentes.
Saltar la cuerda es un ejercicio efectivo, económico y adaptable, ideal para quienes quieren mejorar su estado físico sin complicaciones. Aporta beneficios cardiovasculares, musculares y emocionales, y se adapta a cualquier nivel de experiencia.
Una cuerda, un poco de espacio y muchas ganas: eso es todo lo que necesitás para empezar a sentirte mejor cada día.